MAYORES Peligros de la Procrastinación y cómo superarlos
Es un problema común; de hecho, los estudios demuestran que la procrastinación afecta al 95% de las personas. Incluso los mejores empresarios caen en ella de vez en cuando, pero eso no significa que sea aceptable. La verdad es que es una mala noticia para ti y MUY mala para tu negocio.
La procrastinación es el malvado y sucio troll que se sienta en un rincón a mirarte con desprecio, chupándote el tiempo y la energía, y a menos que hagas algo al respecto, te dejará seco y se comerá tu negocio para desayunar.
La realidad es ésta: Ser productivo y obtener resultados de calidad se consigue completando las tareas y los proyectos en el menor tiempo posible y de la mejor manera posible. Para lograr ese nivel superior de negocio y alcanzar tus objetivos, DEBES desterrar la procrastinación de vuelta al pequeño pozo húmedo de donde vino.
Y no sólo eso, cada vez que alimentas a ese pequeño monstruo grasiento te cuesta una parte de tu autoestima. Cada vez que te propones una tarea, estás haciendo un contrato contigo mismo. Si pospones esa tarea y no la completas a tiempo y al máximo nivel posible, estás rompiendo ese contrato. Esto tiene un gran efecto sobre la autoestima y la confianza en uno mismo; después de todo, si no puedes confiar en ti mismo para hacer un buen trabajo, ¿por qué deberían hacerlo tus clientes? Los efectos negativos de esto pueden afectar a todos los aspectos de tu negocio.
La procrastinación puede llevar a dañar tu reputación, a perder un tiempo precioso, a tomar decisiones equivocadas, a arruinar relaciones, a desaprovechar oportunidades, a perder clientes y a no alcanzar nunca tus objetivos.
Ensilla, amigo mío, es hora de enfrentarse al troll.
Pero para patear algunos culos con forma de monstruo vas a necesitar un armamento muy potente…
Así que voy a mostrarte las mejores maneras de armarte para la lucha y hacer frente a 3 grandes peligros de la procrastinación:
Peligro nº 1: sentirse desbordado
Cuando diriges tu propio negocio, tus recursos están al límite y puede ser una lucha para mantenerte al día: lo que hay que hacer puede ser totalmente desalentador. Las tareas que hay que hacer pueden convertirse en piedras de molino y puede parecer que te arrastran. Cuando uno se siente abrumado de esta manera, es demasiado tentador tomar el camino «fácil» y no hacer nada en absoluto, pero eso realmente va a doler a largo plazo.
Solución: Da un paso atrás. Divida las tareas para que dejen de parecer un obstáculo insuperable. Dividir las tareas en trozos del tamaño de un bocado las hará menos temibles y mucho más manejables. Asigna periodos cortos de tiempo para realizar cada pequeña tarea y marca cada tarea cuando la hayas terminado para reconocer tu logro. Piensa en cada tarea como una pequeña pieza de un gran rompecabezas: cada tarea que completes es un paso importante para resolver el panorama general.
Peligro nº 2 – Perfeccionismo
¿Le preocupa no ser capaz de hacer las cosas perfectamente? ¿Sientes que tienes que ser capaz de hacer las cosas perfectamente antes de estar dispuesto a actuar? ¿Estás posponiendo las cosas hasta que tengas el recurso perfecto, el consejo perfecto, la nueva herramienta perfecta para ayudarte?
Bueno, no existe la perfección. Nada es perfecto, y lo que tú consideras «perfección» es subjetivo y es poco probable que los demás reconozcan o aprecien tus puntos de referencia personales. Ser tan obsesivamente puntilloso sólo hace que se pierda tiempo innecesariamente y que sea más difícil completar las tareas en el plazo previsto, si es que se hace.
Solución: No hay nada malo en tener un alto nivel de exigencia, así que esfuércese por la excelencia y el progreso más que por la perfección.
Asigne plazos estrictos y realistas y cúmplalos. Asigna tus plazos de forma adecuada a la tarea en cuestión. Asegúrate de que el plazo es realmente realizable: no te des demasiado poco tiempo ni demasiado. Siempre que sea posible, hazte responsable ante otra persona. Crear plazos de este modo y centrarse en completar las tareas con una calidad alta (pero menos exigente) te llevará a la acción.
Peligro #3 – No hay tiempo suficiente
No dudo de que haya grandes demandas de tiempo, pero eso no es una excusa para no utilizar el tiempo que tienes sabiamente. Siempre hay cosas más desagradables que hacer en tu lugar de trabajo que preferirías dejar para más tarde, pero tener una actitud «˜mañana’ sólo va a empeorar la situación. Ignorar un problema NO lo hace desaparecer, y por mucho que pienses no trabajas mejor bajo presión.
Solución: Necesitas organización, así que planifica tu día con antelación. Utiliza una agenda adecuada, siéntate y, como mínimo, haz un plan cada noche para el día siguiente. Haz las cosas de forma sencilla y empieza por la única cosa que debes hacer para sentirte productivo. Alterna las tareas desagradables con las que te gustan y no te exijas demasiado o te aburrirás o frustrarás.
Establece una rutina. Si sabes que hay cosas que hay que hacer con regularidad, asegúrate de asignar el tiempo suficiente para ello cada semana. NO seas demasiado detallista ni planifiques en exceso, pero asigna algo de tiempo para descansar y relajarte, así como para cualquier imprevisto que pueda surgir: verás que te distraes menos, te concentras más y consigues mucho más con el tiempo que tienes.